Habrán tocado a lo mucho 15 canciones (no me puse a contar debido a la emoción, creo que fueron 16) pero bastó para tener a todo su público enardecido, gritando a voz en cuello las letras de sus canciones, saltando al compás de las guitarras de James Hetfield y Kirk Hammett, sintiendo el bajo de Robert Trujillo y agitando la cabeza al ritmo de la batería Lars Ulrich.
Las puertas del Estadio de la Universidad San Marco se abrieron aproximadamente a las 3:30 de la tarde. Una vez que se pasaba por la revisión de seguridad, los “fans” corrían para poder encontrar la mejor ubicación, de esta manera, se les haría posible estar más cerca de Metallica, quienes empezaron a tocar a las 9.30pm y los 50mil asistentes, los cuales llevaban esperando casi 6 horas parados, no dejaron de saltar y gritar desde que empezó el concierto.
Con un “ole ole ole ole, Metaaaaallicaaaaa”, cantabaron en coro los presentes (en donde me incluyo) cada vez que Metallica terminaba de cantar una canción. Los dos primero temas que tocaron, algunos de los presentes (casi su mayoría) entonaba las letras de dichas canciones, pero fue en la tercera canción, “Fuel”, que todos los presentes empezaron a gritar y saltar (Give fuel, give me fire, give me that which I desire). Metallica nos deleitó con varias canciones de sus últimos discos, y las conocidas “Master of Puppets”, “Nothing else matters”, “Fade to black”, “One” entre otros.
Los pogos (círculos formado por personas, en donde los participantes, empiezan a empujarse saltando, y también empujan, pisan y golpean a las personas que están a su alrededor y no están participando. Todo sea por el metal) estaban a la orden del día. Me hubiera gustado entrar a uno, pero sentía mucho temor de morir dentro.
En varias ocasiones, los asistentes se juntaban tanto, que se sentía como el aire escaseaba. En muchas oportunidades pude ver mi propia muerte, aplastada por la multitud excitada. En otras ocasiones, depende de que canción estuvieran tocando, empujaba a los que se encontraban a mí alrededor.
Lo único que encontré malo en este mega concierto, fue que, los productos comestibles que vendían, habían incrementado su precio en casi un 300%. Una botella de agua, “San Carlos” que en un supermercado te puede costar S/.1.00 (un nuevo sol). El evento costaba S/.5.00, y minutos antes de que empezara el concierto (9:20pm) querían cobrar S/.6.00. De igual manera, el pan con chorizo, más conocido como “Choripan”, costaba nada menos que S/.8.00 y no traía nada del otro mundo, un pan con chorizo, no papas, no lechuga, solo pan con chorizo y la salsa que quisieras.
Las puertas del Estadio de la Universidad San Marco se abrieron aproximadamente a las 3:30 de la tarde. Una vez que se pasaba por la revisión de seguridad, los “fans” corrían para poder encontrar la mejor ubicación, de esta manera, se les haría posible estar más cerca de Metallica, quienes empezaron a tocar a las 9.30pm y los 50mil asistentes, los cuales llevaban esperando casi 6 horas parados, no dejaron de saltar y gritar desde que empezó el concierto.
Con un “ole ole ole ole, Metaaaaallicaaaaa”, cantabaron en coro los presentes (en donde me incluyo) cada vez que Metallica terminaba de cantar una canción. Los dos primero temas que tocaron, algunos de los presentes (casi su mayoría) entonaba las letras de dichas canciones, pero fue en la tercera canción, “Fuel”, que todos los presentes empezaron a gritar y saltar (Give fuel, give me fire, give me that which I desire). Metallica nos deleitó con varias canciones de sus últimos discos, y las conocidas “Master of Puppets”, “Nothing else matters”, “Fade to black”, “One” entre otros.
Los pogos (círculos formado por personas, en donde los participantes, empiezan a empujarse saltando, y también empujan, pisan y golpean a las personas que están a su alrededor y no están participando. Todo sea por el metal) estaban a la orden del día. Me hubiera gustado entrar a uno, pero sentía mucho temor de morir dentro.
En varias ocasiones, los asistentes se juntaban tanto, que se sentía como el aire escaseaba. En muchas oportunidades pude ver mi propia muerte, aplastada por la multitud excitada. En otras ocasiones, depende de que canción estuvieran tocando, empujaba a los que se encontraban a mí alrededor.
Lo único que encontré malo en este mega concierto, fue que, los productos comestibles que vendían, habían incrementado su precio en casi un 300%. Una botella de agua, “San Carlos” que en un supermercado te puede costar S/.1.00 (un nuevo sol). El evento costaba S/.5.00, y minutos antes de que empezara el concierto (9:20pm) querían cobrar S/.6.00. De igual manera, el pan con chorizo, más conocido como “Choripan”, costaba nada menos que S/.8.00 y no traía nada del otro mundo, un pan con chorizo, no papas, no lechuga, solo pan con chorizo y la salsa que quisieras.
Sin embargo, pese al poco aire que logré respirar, ha estar parada casi 9 horas, a los empujones y pisadas de pies, este ha sido uno de los mejores conciertos a los que he asistido (bueno, en realidad ha sido el primero), no me arrepiento de haber gastado mi dinero, pero de lo que sí estoy segura, es que lo hubiera disfrutado mucho más si no hubiera tenido el dolor horrible de espalda que sentí desde las 6pm hasta la hora que llegue a mi casa (2am).
